Están trabajando muy bien, tienen una plantilla muy completa, pero nosotros tenemos ganas de jugar, de demostrar que el partido que jugamos en Málaga no se tiene que parecer nada en cuanto a nivel físico, competición y marcador, sobre todo. Porque la historia de Kostas en los dos Obra-Bilbao que jugó en Sar pueden resumirse en una frase: ganó el equipo en el que jugaba el griego. Aquella noche que colocó el 3-1 en la semifinal contra el Real Madrid y dejó algunas de las imágenes más icónicas de la historia del club (la magistral canasta a aro pasado de Axel Hervelle con 74-72 a 27 segundos del final y la desbocada celebración tras la victoria, con Paco Vázquez encabezando a galope la salida de los jugadores de vestuarios, Aaron Jackson y Kostas Vasileiadis enfundados en camisetas del Athletic, Marko Banic llevando a caballito a Janis Blums, el estadounidense y el ibicenco posando con gafas de sol a lo men in black) fue el punto culminante de un curso que, en apariencia, no hacía presagiar aquel final extraordinario. Paco Vázquez, hombre de negro entre 2007 y 2011 hombre de negroy actual entrenador ayudante del Morabanc Andorra, no disimula la emoción cuando retrocede en el tiempo y posa sus recuerdos exactamente hace diez años.

Y cuando el tono del partido se iba oscureciendo cada vez y tornándose negro (22-16), reaccionaron los pívot americanos del Lokomotiv para liderar una poderosa reacción. Kostas Vasileiadis, seguirá una temporada más en el equipo que dirige Sito Alonso. “Unicaja se tiene que centrar en el juego que está haciendo esta temporada. Los números de Noua las últimas temporadas acreditan este papel relevante ya la vez una importante regularidad para que su contribución al juego de su equipo ha sido muy estable. Es un dato más curioso el que me enfrente contra Bilbao, con el que he estado cinco meses, que no un partido emocional, porque ya son muchos años y es en un ambiente diferente, en una competición diferente”. Mumbrú, muy emocionado, ha cerrado el acto destacando que fue «un honor» defender la camiseta del Bilbao Basket y agradeció el reconocimiento «al club, cuerpo técnico, jugadores, Bilbao, Bizkaia y mi familia».

El partido que el sábado (20.00 horas) jugarán en Sar el Rio Natura Monbus Obradoiro y el Dominion Bilbao Basket llega cargado de alicientes, con ambos equipos luchando por lograr sus respectivos objetivos (el Obra, la salvación; el Bilbao, meterse entre los ocho primeros). El Rio Natura Monbus Obradoiro ha anunciado la contratación del alero Kostas Vasileiadis, que ya estuvo en la capital gallega en la campaña 2009-2010, hasta final de temporada. Es un choque de equipos, aunque si hay que personalizar en un jugador, no hay que buscar mucho para elegir protagonista: Kostas Vasileiadis, el alero griego que abre su segunda etapa con la camiseta del conjunto santiagués. El equipo buscará en el preciso lanzamiento exterior y la gran personalidad sobre el parqué de Kostas un refuerzo tanto de calidad como anímico tras una racha de seis derrotas ligueras consecutivas. Es verdad que cuando tienes una competición especial, si tienes tiempo, alguna cosa, sobre todo si en tu primer partido has salido como perdedor, puedes variar. En mis tres años en Bilbao hice mi mejor juego como profesional, fueron los mejores años de mi vida.

Bastantes más de la mitad, aficionados del Bilbao Basket. Era todo muy Bilbao Basket. Ocurrió en la Jornada 25 de la temporada 2009-10, igual que ahora vistiendo la camiseta del Monbus Obradoiro, cuando frente al Gipuzkoa Basket sumó 35 de valoración, cifra que todavía hoy es su tope en la competición. El griego Vasileiadis firma a sus 37 años con el UCAM hasta final de temporada. Este exterior griego de dos metros y 32 años procede del PAOK Salónica, con el que ayer concluyó la Liga Griega con unos promedios de 14,7 puntos, 5,3 rebotes y 2,1 asistencias para 16,3 de valoración en 28,6 minutos. 19 puntos para el Bilbao con el griego en pista. Pero lo cierto es que hoy el Uxue Bilbao no ha estado a la altura de la cita. 2 de junio de 2011. La noche en la que Miribilla, ese Bilbao Arena que se había convertido ese mismo curso en el nuevo hogar del Bilbao Basket, vivió su primera gran erupción con un 80-72 al Real Madrid que colocaba al conjunto dirigido por aquel entonces por Fotis Katsikaris en la final de la ACB con el Barcelona como rival, una gesta para una entidad que apenas contaba con once años de historia y llevaba solo siete en la máxima categoría del baloncesto estatal.

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