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Este aspecto supone una gran repercusión a tener en cuenta para el desarrollo de mensajes, contenidos y recursos tanto en la educación formal, como en la informal de los museos y espacios patrimoniales a través de dispositivos móviles como en el caso de esta investigación. Sus ideas sobre la influencia de la historia y la cultura en el proceso cognitivo le llevan a afirmar que el individuo no es la única variable a tener en cuenta en el aprendizaje, y que en este influyen aspectos como su historia personal, su época histórica, su clase social y, por lo tanto, las oportunidades sociales y los recursos que tenga a su disposición. McLuhan (1967), en relación con su teoría sobre los medios de comunicación y a través de la sentencia: “el medio es el mensaje” dividió la historia de la humanidad en tres periodos en función del soporte a través del que se transmitía la información. Aunque según él estas dos formulaciones tienen rasgos diferenciadores, como por ejemplo que el primero está centrado en el contenido conceptual del proceso informático, mientras el segundo lo hace en la estructura tecnológica, en definitiva ambos encarnan el cambio cultural impuesto de una manera significativa por los medios de comunicación de masas electrónicos.

El problema no es exclusivo del lenguaje del arte y se da en toda forma de comunicación (Lotman, 1982). Veamos un ejemplo aplicado al arte de lo que queremos expresar: cualquiera que mire el cielo hoy y lo tenga que reproducir en un lienzo utilizará el azul, porque en nuestro lenguaje artístico incluso literario, el cielo es azul; sin embargo este mismo cielo representado por los pintores góticos en los retablos de los altares era dorado. Estudio exploratorio sobre la interpretación didáctica del arte en el Museo a través de tecnologías móviles

Si la literatura sobre la Sociedad de la Información, la Sociedad en red o la Cultura Digital es abultadísima, athletic camiseta no lo es menos la relativa a las transformaciones y repercusiones sobre el Patrimonio Digital. Pero lo que sí se podría es indagar en los motivos por los que una obra no gusta, e intentar cambiar esa percepción desde una nueva estrategia didáctica, aun cuando la opinión puede que nunca varíe Lo que sí se conseguiría es hacer consciente al individuo de estos motivos, ver si son erróneos y al menos procurar que esa manifestación artística sea valorada por lo que es, por lo que representa, por lo que pudo significar en su momento de creación, entre otras.

El Café Árabe es sin duda alguna una obra de taller, del más puro estilo académico bien ejecutada y evocadora de un cierto Romanticismo, ciertamente superado en esta época. Este tipo de estudios, sin duda de gran relevancia, evidencian también las carencias que a finales de la primera década de siglo XXI todavía sufre esta área, pues todavía no está claro el rol, formación e incluso denominación profesional del responsable de la educación en el museo de arte. Finalmente el arte de los museos sigue teniendo las dos funciones de autoafirmación de colectivos y de individuos así como de educación popular; los estados nacionales reafirman su personalidad cultural adquiriendo aquellas obras que son consideradas como sujetos potenciales de su personalidad. A modo de ejemplo citamos aquí dos actas de congresos donde se pueden encontrar diversos artículos sobre el tema: I Congreso internacional de ciencias de la educación y del desarrollo (Octubre 2013) y I Congreso Internacional: Innovación Metodológica y Docente en Historia, Arte y Geografía. María Victoria López Benito

la relación el desarrollo de la humanidad. Por lo tanto, las formas de curaduría basada en recursos móviles pone en relación otras formas de curaduría como la on-line o la on-site y genera un nuevo concepto de la experiencia de visita a un museo, ya que incluso es posible visitarlo a través de nuestro teléfono móvil desde cualquier ubicación física.

De la aplicación de este modelo en el aprendizaje on-line Anderson establece las fortalezas y debilidades de esta modalidad de aprendizaje. Así, autores como Ross Parry (2010), Fiona Cameron y Sarah Kenderdine (2007) o Manuel Castells (2001) vienen no solo profundizando en la problemática que plantea, sino analizando los retos y alternativas que ofrece este nuevo escenario patrimonial. Sería imposible resumir aquí todas las aportaciones al respecto, por lo tanto destacamos aquí las de tres autores trascendentales para el tema. En cuanto a las aportaciones de Cameron y Kenderdine (2007) hay que destacar que bogan por abandonar la perspectiva más teórica y técnica en la, según ellas, se han centrado las ideas relacionadas con el Patrimonio cultural y las tecnologías digitales, y avanzar en las praxis que comporta este nuevo paradigma patrimonial, investigando sobre cómo llevar a cabo la adaptación entre los objetos propios del Patrimonio digital y las necesidades comunicativas de sus usuarios, indagando en los nuevos modelos de conocimiento que se generan a partir de estos objetos patrimoniales y cómo afecta todo ello en la práctica museística y su gestión.